lunes, 13 de julio de 2015

EL CILINDRO MUNICIPAL : EMBLEMATICO ESTADIO

CILINDRO  MUNICIPAL  DR  HECTOR  A  GRAUERT 
En el año 1967, el Cilindro Municipal de Montevideo, que hace pocas semanas sufrió severos daños en su estructura, era remodelado para ser sede del V Campeonato Mundial de Básquetbol. Luego de este evento por demás importante, se sucedieron allí incontables partidos memorables, pisaron su cancha tantos fenómenos de ese deporte, que el edificio -verdadero “coliseo” cerrado- se convirtió en ícono para los amantes del básquetbol uruguayo. Supo servir de escenario a otros deportes, como ser: boxeo, hockey sobre patines, fútbol de salón, vóleibol, tenis de mesa, -¡¡hasta campeonatos de ajedrez!!-, y también conoció veladas llenas de emoción, al ritmo de bandas de música de los más diversos géneros.
Dadas sus dimensiones y particulares características, fue lugar elegido para albergar evacuados de inundaciones o personas sin techo, punto de reunión para asambleas multitudinarias…, y en tiempos aciagos, sirvió de prisión de presos políticos. Pero sobre todas las cosas, fue por su imagen inconfundible, un referente de la ciudad (“vamos hasta el Cilindro”, y eso basta para que todo taximetrista sepa hacia dónde dirigirse).
En ocasión de la Primera Exposición Nacional de la Producción, promovida por el Ministro Dr. Héctor Grauert, se llamó a un concurso para construir una obra que en su primera etapa serviría de sede de la Exposición, pero que a posteriori sería usada como estadio cerrado. La propuesta debería incluir el proyecto completo, el plazo de realización y el costo total. Resultó seleccionada la oferta de la empresa Mondino y Viera, que llamó la atención del Jurado por ser su precio la mitad del ofertado por quien le seguía en orden de costos, pero sobre todo, porque el “Estadio Cubierto de la Exposición Nacional de la Producción”, se resolvía con una estructura, ideada por Leonel Viera, que nadie había imaginado hasta ese momento. La Exposición era la expresión de un país confiado en su futuro, y el edificio que la albergaría, un ejemplo de inventiva muy excepcional, pronto reconocido en todo el mundo.
Una de las condiciones para realizar la obra era que debía ser una superficie libre de apoyos intermedios por lo cual era lógico pensar que al plantearse un espacio circular, el techo sería resuelto con una cúpula (seguro habrás visto muchas, son como una media esfera que sobresale de sus apoyos). Pero contrariamente a lo que se esperaba, y planteando una solución totalmente nueva para la época, Viera logró cubrir una superficie de 7000 metros cuadrados sin apoyos intermedios; y por si eso fuera poco, pudo llegar a construirlo sin necesidad de encofrados y casi sin andamios. Aparecía como una cúpula invertida, de 95 metros de diámetro, de muy poco espesor. Para su apoyo, se empezó construyendo un cilindro de hormigón (el Cilindro tal como se ve, de 18 metros de altura y 20 centímetros de espesor); luego de construido ese perímetro, se colocó un aro de acero de diámetro más pequeño que el diámetro del cilindro exterior. Lo colgó un poco más abajo de la parte más alta, y tendió cables para unir las dos circunferencias.
Después de esto fue colocando placas o losetas que se construían en el piso y se colgaban entre los cables que unían el aro interior con el exterior, y sobre ellas se pusieron ladrillos para que todo el techo bajara con su peso hasta lograr un estado de equilibrio de los cables de acero. Luego llenó con hormigón las juntas de las losetas y cuando fraguó el hormigón, retiró los ladrillos, y al hacerlo, obtuvo una superficie pretensada, totalmente rígida en toda su extensión. Antes del Cilindro, todos los ensayos que se habían realizado para cubrir grandes superficies con estructuras de cables pretensados, habían fracasado. Desde el Uruguay, una propuesta inteligente abría nuevos caminos a la ingeniería, y hoy, grandes estadios del mundo, que nos asombran al verlos por televisión, se basan en los principios desarrollados y probados entre nosotros, hace más de cincuenta años.
En 1956 fue inaugurado el Cilindro Municipal en ocasión de la Exposición Nacional de la Producción. Pero seis años más tarde, otro llamado a concurso volvió a poner a Leonel Viera en primer plano. Nuevamente ganaba la licitación para construir las tribunas colgantes en el Cilindro, sin embargo esta vez no pudo realizar su proyecto, pues finalmente se decidió hacer la obra con un sistema tradicional.
De todas maneras, el hecho de que su primer proyecto se llamara “Estadio Cubierto” le confería una continuidad que trascendía la Exposición de la Producción. Así fue, el Cilindro Municipal Héctor Grauert se transformó en el escenario cerrado más importante para los eventos deportivos en el Uruguay. La importancia y el cariño que la gente le diera, lo han convertido en un ícono, ayer revolucionario por su novedad estructural, hoy y siempre por los momentos inolvidables que cada uruguayo vivió adentro o incluso desde afuera,  por televisión, vibrando al ritmo de los dobles, de una guitarra que nos hacía llorar o de gente solidaria que nos tocaba el corazón.
Una obra tan notable no debería desaparecer del escenario de la ciudad. Colapsado su techo por causas que aún se están investigando, pero que, según la opinión de varios técnicos, tiene que ver con un mantenimiento que durante décadas no estuvo a la altura de la importancia del lugar ni ayudó a corregir algunos de sus problemas, seguramente se encontrará la forma de hacerlo revivir. Nos haría feliz a todos.
 Fuente  Montevideo  Portal , Blog  A Clase

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